Comencé haciendo este monstruo morado de pixel art con líneas al azar sobre la pantalla. Luego decidí usarlo como una práctica de cómo dar sombras.
Una vez coloreado me puse a jugar con sus ojitos. Es sorprendente lo mucho que solo unos cuantos pixeles pueden cambiar la apariencia de un dibujo y hacerlo pasar de feliz a enojado y a súper kawaii :3.